Por ahora, protestas débiles e inútiles

Todos hablan del ajuste en las cuentas públicas que se produjo en la Nación, que tiene como finalidad bajar la inflación. Y como consecuencia de ello las protestas de todo tipo que empiezan en la calle. El Informante de esta semana nos da su punto de vista.

 

Cronista: Río Tercero no se caracteriza por los piquetes y las protestas en la calle.
Informante: Es cierto, le diría que Córdoba es en realidad así. En general porque tenemos lo nuestro cuando algunos gremios de los más combativos reclaman.

 

C: Y entonces no debemos preocuparnos por los cortes de calles y las manifestaciones.
I: Creo que no. No le digo que somos  una isla, pero la demanda social está más o menos cubierta. 

 

C: ¿Entonces quiénes pueden protestar?
I: Los muchachos de alguna empresa estatal que perderán sus privilegios, pero no son significativos.
 

C: Algo que va quedando claro es que la protesta no puede cometer un delito como cortar una calle o ocupar un espacio público.
I: Va quedando muy claro. El sistema antipiquete instrumentado por el Ministerio de Seguridad de la Nación hasta ahora resultó un éxito. Y la acción de la Policía de Córdoba despejando la zona del Patio Olmos en el cacerolazo del jueves a la noche, es otro ejemplo. Se acabó la joda y todos a laburar.

 

C: Bueno, no lo tenía así con esos términos.
I: Es que me sacan este tipo de cosas. Ahora fíjese que los que salen, por ahora, son grupos menores de izquierda, los que viven de los planes del Estado y no trabajan. El resto, la casta sindical está guardada.

 

C: No es para menos.
I: Los de la CGT y otros muchachos son el pasado. Están totalmente desprestigiados esos “Gordos” sindicales, millonarios que ahora se acuerdan que estamos mal. 

 

C: Son impresentables
I: Coincido.

 

C: Sin respaldo de la gente.
I: De nadie. Acá en Río Tercero sin ir más lejos, ya estamos en un esquema muy libre con gremios muy débiles.

 

C: Es lo que se viene.
I: Claro, porque la extorsión y el apriete mafioso no va más, es una práctica vieja. Y lo están entendiendo a la fuerza.