ESCENARIO. Veremos quién es quién para la salida que el país necesita

La semana pasada empezamos esta columna planteando que era imperioso la instrumentación de acciones políticas que dinamizan la economía del país, después de la gran devaluación y ajuste económico que el nuevo gobierno nacional instrumentó. Sostuvimos que a la par del necesario achique de un Estado ineficaz, el gobierno nacional debía dar señales para comenzar a reactivar la actividad, facilitando la inversión.

 

Lo hizo a través de un amplio e inusual decreto de necesidad y urgencia, que deroga leyes, artículos de otras y echa por tierra capas geológicas de regulaciones estatales, que no hacen más que encarecer la vida y las actividades. El decreto corta de raíz un sinnúmero de privilegios de una matriz mafiosa y prebendaría instalada a lo largo y a lo ancho del país.

 

El avance hacia la libertad económica casi total, es importante. Da paso hacia una  nueva y desconocida Argentina. Avanza sobre la reclamada reforma laboral, en parte, imponiendo una serie de flexibilizaciones en esa materia que procuran potenciar el empleo y la inversión. Se derogó la nefasta ley de alquileres, y habrá total libertad sobre el sistema de salud y las obras sociales, como así también los servicios de medicina prepaga que se incorporan como opción a la par del sistema sindical.

 

El decreto termina con la burocracia de los registros del automotor, la ITV, desregula en algún aspecto la actividad farmacéutica, aduanera; permite las exportaciones y las importaciones sin límites; y elimina privilegios sindicales haciendo optativo para el trabajador registrado, el pago solidario de un porcentaje al gremio “dueño” del convenio colectivo. Hoy esa recaudación absurda, que beneficia a varios sindicatos en detrimento de los ingresos del empleado entre ellos el de comercio, es millonaria y nadie sabe hacia dónde va el dinero. Estas medidas entran en vigencia en pocos días.  Pero la gran batalla estará en el Congreso nacional, donde el decreto de necesidad y urgencia debe ser sometido a tratamiento parlamentario en una comisión bicameral.

 

Fueron varias las voces de diputados y de senadores que se expresaron a favor y en contra de las reformas y del modo en que fueron planteadas por el Presidente. No hay certezas sobre la fecha en que el DNU será tratado en las cámaras, y menos aún la cantidad de votos que se inclinarían por aprobarlo o rechazarlo. Dependerá de la posición de los legisladores y de si estos están a favor o en contra del cambio. Se sabrá, con nombre y apellido, quiénes privilegiarán sus propios intereses por sobre los de la gente. Y quiénes se arriesgarán a darle la espalda al 57 por ciento de los ciudadanos que eligieron a Milei, el presidente más votado de la democracia. Ahora ellos serán responsables de haber ayudado o de haber terminado de hundir al país.