
La consigna “no hay plata” no cayó en desuso. Desde que la instaló el presidente Javier Milei se extendió por todo el país y a todas las administraciones. El Informante de esta semana, experimentado en finanzas públicas, analiza el fenómeno.
Cronista: El mensaje “no hay plata” parece que le llegó a todos.
Informante: Es que no hay plata realmente y estamos atravesando una recesión muy fuerte. Todos están haciendo ajustes.
C: Sí, veo y escucho que muchos aquí y en la región están suspendiendo actividades, obras...
I: Sí, se preparan para un 2024 muy duro, con baja en la coparticipación y en los ingresos más directos. Es por eso que, en el caso de las municipalidades, hay varios ejemplos de parar un poco y dejar algunos eventos para más adelante.
C: En Villa Ascasubi suspendieron los corsos.
I: Creo que es la primera vez que lo hacen. Dicen que por los costos se hacía no viable la fiesta. Pero no se lo puedo asegurar.
C: ¿Lo pone en duda?
I: No, solo digo que es un evento que siempre tiene el apoyo privado y es muy importante para el pueblo, porque genera actividad.
C: Recuerde que Río Tercero la vio venir el año pasado y suspendió la fiesta del deporte.
I: También si. Aunque también es discutible, porque el mensaje fue -en ese caso- que la fiesta era una inversión. Y ahora, en el ajuste, ¿no es una inversión?
C: ¿Qué quiere decir?
I: No lo digo por nadie en particular, sino en general: me parece que hay mucha demagogia también.
C: Pero la situación es muy delicada.
I: No lo dudo.
C: ¿Entonces?
I: Los ejemplos políticos, si dan resultado, se aplican.
C: No lo entiendo.
I: Claro, el “no hay plata” de Milei y su ajuste, “garpa” política y socialmente. Y hay muchos que no quieren quedar descolocados gastando más de la cuenta como lo hacían en tiempos de bonanza. En algún momento van a tener que aplicar políticas expansivas, porque los ingresos van a seguir cayendo y lo peor que puede pasar es una cesación de pagos.