
El ajuste comienza a impactar fuerte en la actividad privada. Las medidas del Gobierno nacional para tratar de resolver el estropicio en la economía que dejó la gestión kilométricas, se hace sentir en el consumo; encima con alta inflación.
En este plano, los números estadísticos sobre la retracción de las compras en Río Tercero que dio a conocer el Centro Comercial local, son alarmantes. Y plantean un escenario muy negativo para los negocios, en medio de una tormenta que el gobierno prevé temporal. “El lamento es grande”, dijo en una radio la presidente del Centro Comercial de Río Tercero, Claudiana Gavaglio, al revelar que la baja en las ventas llega al 50% en algunos rubros: un porcentaje que no se verificaba desde los tiempos de la hiperinflación, a finales de los años ‘80, comienzos de los ‘90. También es cierto y hay que plantearlo, el sector comercial no está muy acostumbrado a la sana competencia de oferta y demanda, y hay -en algunos rubros- exceso en los precios, básicamente en alimentos. El monopolio aberrante de los supermercados que en cierta medida son formadores de precios, es muy negativo y algún día debería alguien asumir una postura política valiente, salir de la cobardía y resolver el problema.
Pero volviendo a Gavaglio, la empresaria dijo que el panorama no es el mejor para las próximas semanas y meses, ya que se esperan suban importantes en los artículos de librería e indumentaria en el inicio de las clases, previsto para finales de este mes de febrero.
Así las cosas, el dato aportado por el Centro Comercial de Río Tercero, se condice con el relevamiento mensual de la CAME, que reflejó un cimbronazo comercial en enero.
En términos generales, los comercios consultados coinciden en que enero fue un mes perdido, según CAME. Principalmente debido a la incertidumbre económica y al pronunciado aumento de los precios, que no fue acompañado por un ajuste en los salarios. Para el consumidor promedio, todo resultó costoso, lo que llevó a una selección más cuidadosa de compras, priorizando las necesidades más urgentes para resguardar ingresos. Sin embargo, queda una considerable demanda postergada, y se espera que parte de ella pueda recuperarse durante el mes de febrero.
Así surge del Índice de Ventas Minoristas Pymes de la Confederación Argentina de la en Mediana Empresa (CAME), elaborado en base a un relevamiento mensual entre 1.256 comercios minoristas del país, realizado del 1 y 2 de febrero de 2024 (más info en la página 2 de esta edición).
Claro está que en muchos casos el comercio minorista, excluyendo las grandes superficies, es rehén de las listas de precios de los proveedores, pero tampoco se ven políticas claras para que la tormenta sea más llevadera en torno de las necesarias medidas de corrección de la economía nacional.