El plan “motosierra” del presidente Milei, no es suficiente, al menos por ahora, para cubrir las expectativas. Solamente apunta a un sector del Estado, pero carece de las reformas que las pequeñas medianas empresas necesitan. El Informante de esta semana plantea el asunto.
Cronista: Usted que es medio de derecha, ¿cómo ve hasta ahora las políticas de Milei?
Informante: No soy ni del medio ni de derecha, solo comulgo con el sentido común.
C: Bueno, pero si ya empieza la charla enojado, lo dejamos ahí.
I: No, para nada. No me enojo. Es que no concuerdo cuando dicen que alguien es de “derecha” cuando lo que hace es pedir que cambien las cosas y que se cumpla con la ley.
C: Comprendido... Pero vamos al punto...
I: Estos dos meses de gestión de Milei, muy frenéticos por cierto, han marcado ya el rumbo del gobierno. Achicar el Estado y terminar con los curros de la política ¡Por Dios! Sacar empleados públicos que no hacen nada, eliminar cargos y cajas multimillonarias. Usted habrá notado que se habla de cinco mil, de diez mil, de veinte mil millones con una liviandad tremenda. Así no se podía seguir además con un déficit fiscal enorme y con tarifas irrisorias. Y miré que aún todavía falta recortar.
C: Pero...
I: Y siempre hay un pero. Yo y el grupo que frecuento por mi actividad, estamos muy convencidos que ese es el camino. Terminemos de una vez por todas con el falso diálogo y el falso consenso. Sin embargo, vamos a esperar algunas señales.
C: ¿Cuáles?
I: Un centro a la clase media y al sector productivo y laboral.
C: Mientras avanza el ajuste.
I: Exacto. Está excelente el ajuste y ojalá lo profundice. Pero en el sector empresario, comercial y de servicios necesitamos otras reglas. Flexibilidad y reformas.
C: La laboral.
I: Sí señor. Una flexibilidad laboral integral urgente. Para poder tomar gente y poder despedir también. Por qué no. No puede ser que a una empresa se le vaya la vida en los conflictos laborales. También hace falta una reforma impositiva.
C: ¿Menos impuestos?
I: Menos impuestos y más baratos. Hay que bajar el porcentaje de incidencia de los impuestos en los costos. Desregular todo es el camino.
