ESCENARIO. Para valorar lo que tenemos, no es suficiente el elogio, hay que ayudar con acciones

El pasado domingo 2 de junio se conmemoró en la Argentina, el Día Nacional del Bombero Voluntario. No se trata de una efemérides más. 

 

Es una fecha muy importante para la sociedad, ya que los bomberos voluntarios en el país y particularmente en Río Tercero, son eslabones centrales de la seguridad ciudadana.

 

El día es en honor a la fundación del primer cuerpo de bomberos voluntarios de La Boca. 

 

La historia comenzó el 2 de Junio de 1884 cuando a raíz de un voraz incendio en el barrio porteño de La Boca, un vecino llamado Tomás Liberti y su hijo organizaron, junto a un grupo de personas, una cadena humana para apagar las llamas que amenazaban propagarse rápidamente en las construcciones aledañas. 

 

Este espacio de TIEMPO21, pensado para el análisis crítico de los temas, creyó conveniente detenerse en la labor esencial del trabajo bomberil. 

 

La Asociación Cuerpo Bomberos Voluntarios de Río Tercero, fue creada décadas atrás para cubrir una necesidad imperiosa de la localidad, de contar con un grupo de efectivos preparados para actuar ante siniestros o situaciones de emergencia.

 

A lo largo de su historia, nuestros bomberos voluntarios, hicieron gala de ese desempeño, con valentía, capacitación permanente y disciplina. 

 

Fueron ampliando sus márgenes de acción, gracias a la colaboración de la comunidad y del Estado, que los apoyó y apoya con recursos económicos, alguna vez maliciosamente cuestionados.

 

Crecimiento y capacitación
Gracias a ello, los efectivos fueron profesionalizándose, adquiriendo equipos y vehículos, modernizando el cuartel, y poniendo en el primer nivel  los métodos de trabajo y de respuesta en las emergencias.

 

Pasó de una primera función que era la de extinción de incendios en todos los escenarios, a la de rescate de personas en accidentes viales y náuticos, y a la actuación en eventuales incidentes químicos. No podía ser de otra manera por el crecimiento del polo de producción química en Río Tercero.

 

La expansión de bomberos, como señalamos, en infraestructura, equipos, autobombas y vehículos, incorporó un centro de capacitación modelo con aulas y simuladores, que es utilizado por bomberos y personal de seguridad de empresas de todo el país y del exterior. 

 

Todo ello derivó en innumerables actuaciones. Las más heroicas que se recuerdan con dolor, fue el trágico incendio del shopping El Paseo, en 1997 donde fallecieron seis personas; anteriormente las explosiones en la Fábrica Militar tras las cuales bomberos fueron fundamentales en la atención posdesastre, y situaciones de emergencia de todo tipo. Como si eso fuera poco, en los últimos meses los bomberos se hicieron cargo de la primera atención y traslado de personas con problemas de salud, usando una ambulancia. Ese servicio de emergencias que en Río Tercero presta una empresa privada cada vez más inaccesible por sus costos, es ya fundamental para las familias. 

 

Así las cosas, es esencial que sigamos apoyando a Bomberos Voluntarios, sin condicionamientos mezquinos.