
Es cierto que hay una caída brutal del consumo, pero por otra parte hace meses que convivimos con una baja importante de la inflación. Es verdad que la recesión es un problema grave si se mantiene mucho tiempo. Pero también está claro que es el camino correcto para disminuir el déficit fiscal, males de todos los males de la economía del país. Sin embargo, ningún esfuerzo será válido si no se aprueban cuanto antes las reformas necesarias para que el país vuelva a crecer, como la impositiva y las nefastas leyes laborales.
Varios indican que lo peor ya pasó y que, aunque lentamente, se comienza a ver alguna recuperación de la actividad; alguna luz al final de túnel comienza a aparecer. Un escenario que se refleja en datos.
Por ejemplo, el Consejo Agroindustrial Argentino reveló que hubo un aumento en las exportaciones de mayo respecto del mismo mes del año anterior. ¿Es un dato que sorprende? No, según los especialistas.
El informe detalla que el sector agroindustrial exportó 23 por ciento más que en igual período del 2023. En total exportó 4.626 millones de dólares, es decir, 864 millones de dólares más que mayo de 2023. Las exportaciones se incrementaron un 23 por ciento respecto a abril, y se acumula una suba de 3.154 millones de dólares (20%) respecto al enero-mayo de 2023. Los complejos con mayor crecimiento relativo fueron: algodonero, trigo, resto hortícola. Los complejos soja, trigo y maíz fueron los de mayor contribución al crecimiento interanual; y manisero, cebada y legumbres los que más amortiguaron dicho incremento
El tipo de cambio real multilateral (BCRA) retrocedió 4% con respecto al mes anterior, aunque el promedio enero-mayo de 2024 se mantiene 12 ciento por encima de 2023.
Nuevamente el campo y sus actividades vinculadas son las que “salvan las papas” en este país destrozado por la corrupción, el populismo y la demagogia. Pero lo hace en un contexto de cambio muy importante que propone el gobierno nacional de Javier Milei.
El complejo agroindustrial es uno de los pocos que ayuda a levantar la actividad. El resto no corre la misma suerte, aunque la caída parece detenerse para volver a crecer. Es una cuestión de tiempo amenazada por la paciencia social, que podría acabarse.
No se termina por ahora, porque a pesar del sufrimiento que implica el enfriamiento de la economía para salir del desastre heredado, la gente entiende que es el único camino. Si la fórmula no funciona, volverán los peores y encima recargados de venganza y populismo.
Los datos no mienten. Y si una de las principales actividades de la economía, que siempre colabora para el despegue del país como es el campo, crece en nivel de exportaciones, es una señal positiva, ya que implica el ingreso de más dólares. Y si entran más billetes de esa moneda vital para la Argentina, el gobierno nacional podrá levantar el cepo cambiario que es otro de los escollos centrales que frenan las inversiones, propias y ajenas.