En efecto, terminar con especulación de los locadores es fundamental. Y para ese fin hacen falta viviendas, apoyadas por un rol más activo del Estado en la promoción de planes accesibles.
A los especuladores hay que someterlos a normas de regulación, que muchas veces no llega a cubrir el mercado por sí mismo. Ocurre con los alquileres, que están en manos de sectores muy concentrados, que producen distorsiones sociales y económicas con costos que las familias de clase media no pueden sostener.
A más de seis meses de la desregulación del mercado inmobiliario, los alquileres siguen siendo caros pese a que aumentó la oferta. Es el planteo de la agrupación Inquilinos Córdoba, que lidera Maximiliano Vittar, para quien los valores actuales están muy por encima de las posibilidades de la demanda, según un informe que se publicó esta semana.
En tal sentido, razonó que, si la canasta básica para una “una familia es de un millón de pesos”, para una que alquila es mucho más cara, porque además tiene pagar por un techo.
En este sentido, Vittar indicó que la situación de un hogar de inquilinos es mucho peor que uno de propietarios, dado que se suman expensas, alquiler e impuestos. “Muchas familias tienen que elegir entre comer o tener un techo, y esta situación se profundiza con la inestabilidad en términos laborales. Entonces, es un escenario muy complejo con la profundización de una crisis habitacional que viene de mucho tiempo”, señaló.
Pese al clima celebratorio de alguna parte del sector inmobiliario, Vittar fue categórico al negar que esto redunde en una baja en el precio de los alquileres.
“Lo que veo es un proceso de estabilización; el aumento del alquiler se está haciendo por debajo de los índices inflacionarios. Pero no veo un proceso de baja de los precios. Si bien hay más oferta, tratan de atribuirlo a la desregulación, pero es una versión muy parcializada. A mi entender, ese aumento de la oferta viene con condiciones que son peores”, agregó. “Los inquilinos se están hacinando”
Sobre las razones del aumento de la oferta, Vittar mencionó varios factores, entre los que destacó los problemas de ingreso de los inquilinos y una baja en la demanda inmobiliaria del sector turístico.
“Esa mayor oferta no está teniendo una correlación con la demanda. Hoy, festejar parece excesivo. La verdad es que no sé si el inquilino está pudiendo elegir, porque hoy lo que está sucediendo es que se están hacinando”, sostuvo el de Inquilinos Córdoba.
En tal sentido, graficó: “Aquel estudiante que pensaba con sus primeras experiencias laborales tener una cierta independencia, y se iba a vivir solo, ya no lo puede hacer, Entonces, vuelve a la casa de los padres. Las familias que en algún sentido estaban viviendo de manera separada, se hacinan y por eso hay dos grupos viviendo en una misma unidad habitacional”.
En otro orden de cosas, Vittar aseguró que, en su criterio, los hechos demuestran que el problema no era la anterior ley, muy cuestionada por los operadores inmobiliarios, sino el contexto económico del país.
“Siempre hemos insistido y hemos sido claros en manifestar que la solución o el problema no era la cuestión de la ley de alquileres, sino lograr una cierta estabilidad en términos económicos. Y la solución seguramente sea que terminemos en una lógica de estabilización, pero falta mejorar toda la microeconomía. Lo veo como un escenario muy complejo; si bien, si en términos macroeconómicos se estabiliza, eso no va acompañado de una estabilización en términos microeconómicos”, sostuvo finalmente Maximiliano Vittar.
En efecto, terminar con especulación de los locadores es fundamental. Y para ese fin hacen falta viviendas, apoyadas por un rol más activo del Estado en la promoción de planes accesibles.
