
Los últimos datos oficiales conocidos del Censo Nacional arrojaron para Río Tercero una cantidad de habitantes muy baja para ser considerada una ciudad de peso dentro del escenario demográfico de la provincia. Somos 53 mil habitantes, nada más. La falta de crecimiento desde los 47 mil habitantes que se registraron hace 10 años, es alarmante, y deriva en análisis de todo tipo: desde la falta de oportunidades en lo laboral y educativo, hasta la ausencia de un plan de estado político e institucional para crecer y desarrollarse. Nada de eso hubo.
Un ejemplo de ese alarmante desamparo, está reflejado en dos organismos o recursos que no funcionan en Río Tercero y que canalizarían la demanda ciudadana: el Defensor del Pueblo, y Defensa del Consumidor. Al primero lo establece la Carta Orgánica Municipal. Pero ambos tienen razón de ser en función de la cantidad de habitantes, que en Río Tercero es paupérrima si la comparamos con ciudades como San Francisco, Villa María o Río Cuarto.
En este último caso, un informe detalló que son más de mil las denuncias mensuales que se reciben de consumidores no conformes o estafados.
En esa dirección, el informe sostiene que la mitad de los reclamos que llegan a Defensa del Consumidor es contra bancos y otras entidades financieras. Les siguen las quejas por los planes de ahorro para automóviles y viviendas. En cuanto a la cantidad de casos que reciben cada mes, se explicó que rondan los mil y que este año no tuvieron el crecimiento esperado. Además, destacaron que se nota el impacto de la crisis, sobre todo, en que cada vez se hacen denuncias por problemas de menor cuantía.
“En nuestra dirección, estamos recibiendo un promedio de 1.000 denuncias mensuales. Tratamos también de reducirlo a través de ciertas herramientas, como son la prevención, la formación, la educación al consumidor. También estamos atentos a ciertas modalidades de defraudación o de incumplimientos. Bueno, la cuestión tecnológica está a la orden del día. En cuanto a los rubros, todo lo que tiene que ver con reclamos contra entidades bancarias, financieras, sistemas de pago, billeteras virtuales, estafas o defraudaciones están a la orden del día y son las que encabezan nuestras estadísticas”, explicó Diego Puente Rosa , a cargo de Defensa del Consumidor provincial en Río Cuarto.
El funcionario explicó que el organismo muestra un 70 a un 72 por ciento de resolución de conflictos, que es un número bastante importante.
El alto porcentaje refleja que este tipo de instancias funcionan y bien, pero están dentro de un contexto social dinámico, y de mucha actividad, que no ocurre en Río Tercero. Es lastimoso que quienes tienen responsabilidades de conducción, no vean lo virtuoso de ese camino.
El paralelismo trazado demuestra que la ciudad-pueblo “chica” está muy lejos de los esquemas de las grandes que nos triplican en capacidad y en oportunidades de desarrollo. Un escenario que nos debería hacer reflexionar como sociedad.