
En este espacio siempre hemos remarcado que la imprudencia vial es uno de los factores más importantes de los accidentes. Un episodio muy grave ocurrido en la ruta 36 en cercanías de Almafuerte, es un ejemplo, que se debe tener en cuenta para aplicar sanciones.
Un agente de la Policía Caminera fue atropellado por una conductora que había cometido una infracción por exceso de velocidad en la autovía Gobernador Juan Bautista Bustos.
El violento episodio se registró en el kilómetro 716 de la ruta 36, cuando se procedió a controlar a la conductora de un Jeep Compass que en el registro tomado a unos kilómetros del lugar se detectó que circulaba a 124 kilómetros por hora, superando el límite permitido, según informó Puntal.
En el momento de notificarle la infracción y de solicitarle la documentación personal y del vehículo, la mujer afirmó que no contaba con licencia de conducir.
Los efectivos de la Policía Caminera le solicitaron que se estacionara sobre la banquina, pero la situación se descontroló.
Según las fuentes policiales, “durante el control, la conductora comenzó a insultar al policía y admitió que no tenía licencia de conducir. Acto seguido, aceleró bruscamente, embistiendo al agente antes de huir del lugar”.
El uniformado fue rápidamente auxiliado por un automovilista que presenció el hecho y fue trasladado a un centro de salud para su correspondiente atención médica.
La conductora ya fue identificada, por lo que ahora se inician las actuaciones administrativas y judiciales ante la actitud violenta en el procedimiento concretado en las últimas horas.
En principio, la conductora del Jeep Compass cometió dos infracciones: el exceso de velocidad y la ausencia de la licencia de conducir. A lo que se suma las lesiones provocadas al personal policial actuante en el procedimiento.
La Policía Caminera, un cuerpo especial dentro de esa fuerza pública, con un radio de acción en las carreteras de mayor incidencia vehicular. Es muy amplia la gama de leyes que pueden aplicarse en los controles emanados desde esa fuerza, desde el Código Penal, el Código Procesal Penal, ley de tránsito, leyes ambientales, Código de Convivencia; todo en pos de un bien común que llamamos Seguridad Vial.
El objetivo de la Policía Caminera es bajar esos índices de siniestralidad, encausando para tal fin recursos humanos con un perfil idóneo, capaces de solucionar los inconvenientes típicos que suelen sufrir quienes viajan, y brindar información específica en la materia; como así también poner a disposición de los usuarios de las rutas toda la logística necesaria tanto para la colaboración de quien lo requiera, como para la sanción de quien decide infringir la Legislación vigente, aquélla que nos indica el comportamiento a seguir para la vida en armonía con las demás personas. En consecuencia, la fuerza policial especial con sus amplias facultades, está también sujeta a inculcar la responsabilidad de quienes transitan las rutas y en consecuencia, este caso no debe permanecer impune.