Hasta el gremio lo admite: Fábrica Militar a un paso de recuperarse con capital privado

Es inminente su transformación a Sociedad Anónima para que el sector privado pueda comprar acciones

Los talleres de la Fábrica Militar serían reactivados de la mano de los empresarios privados y no del Estado

Por su perfil combativo, el gremio ATE nos tiene acostumbrados a las malas noticias. Siempre imponiendo una agenda pesimista y por ahí irresponsable. Pero esta vez, al menos para la sociedad de Río Tercero, el  sindicato estatal, ha dado una buena noticia: la inminente incorporación de capitales privados a la Fábrica Militar de Río Tercero, para que despegue de una vez por todas.

 

Claro que los muchachos de ATE lo plantean como algo negativo, porque suponen que el Estado es siempre el que debe jugar el rol benefactor, el que debe dar trabajo casi con exclusividad.

 

Gracias a las políticas del Gobierno de Javier Milei, Fabricaciones Militares se transformará en una Sociedad Anónima, donde cada industria interesada en hacer negocios y crear trabajo, podrá hacerlo sin problemas.

 

David Salto, el secretario General de la Asociación de Trabajadores del Estado, lo planteó de ese modo a una radio.

 

“Venimos sufriendo en cierto modo un vaciamiento. Ellos (por los directivos) aducen que es lograr un equilibrio en términos de déficit para la empresa”.

 

Salto confirma que FM pasará de Sociedad del Estado a Sociedad Anónima como lo permite el primer DNU presidencial todavía vigente.

 

Indica el gremialista que ingresarán inversiones para mejorar las producciones, tal lo comunicado por la empresa. “Pero sabemos que nada es gratis, porque el privado quiere hacer dinero y se va a quedar con acciones”, expresa, en una frase que suena insólita: claro que el empresario quiere hacer dinero y comprará acciones, el Estado también debería ir por esa senda. 

 

Salto sigue y cuenta que los directivos fueron claros y plantearon que “era esto o el cierre de la empresa, que eso implica el despido masivo de los compañeros”.

 

Luego de décadas de decadencia, la Fábrica Militar podría recibir inversiones privadas para recuperarse y volver a producir armamentos con destino a la exportación.

 

Luego Salto ingresa en un terreno que no le corresponde, porque no es su función dirigir la Fábrica ni plantear estrategias. “Nosotros queríamos que se hiciera cargo el Estado para proveer a las Fuerzas Armadas y defender la soberanía”. Doblemente insólito, ya que la sola posibilidad que se reabra la industria con más producción, debería alegrarlos.

 

Los capitales que ingresarían serían de Estados Unidos (ya visitaron la planta), para reactivar la producción de armamentos con destino a la exportación. 

 

Volviendo al principio: una excelente noticia para Río Tercero.