Escasísima convocatoria de la izquierda a la marcha “en defensa de la educación pública”

Politizada. Como dijo el vocero presidencial Manuel Adorni, también en Río Tercero estuvo en la marcha el “elenco estable”

Sectores de izquierda, grupos identificados con el kirchnerismo duro,  de derechos humanos , algunos gremios (ATE, UEPC) y referentes culturales, y grupos profundamente ideologizados, lograron el martes una escasísima concurrencia de vecinos en la protesta por el ajuste en las universidades que se realizó en Río Tercero.

 

La reducida convocatoria contrastó con la masiva asistencia de manifestantes en las principales ciudades del país, en “defensa de la educación pública”, una consiga falaz porque nunca estuvo en peligro ese precepto.

 

Estos pequeños grupos locales, entre ellos la delegación local de la APDH, de orientación de izquierda y con casi nula representatividad local, arremetieron contra el gobierno libertario de Milei, que ha comenzado a atacar los privilegios del Estado: ahora los poco transparentes gastos de las universidades nacionales.

 

La concentración se realizó en Alberdi y Libertad y marchó por algunas calles ante la indiferencia de la gran mayoría de los vecinos, que a esa hora de la tarde ocupaba su tiempo... trabajando.

 

En la manifestación, a tenor de algunos personajes que participaron, quedó claro el sesgo político e ideológico y la falta de apoyo local se explica en la gran base electoral que el presidente Milei mantiene con el 75% de respaldo.

 

También la ciudadanía rechazó a los oportunistas que desvirtuaron el reclamo. No está en riesgo la universidad ni la educación pública, sino el manejo cautivo y poco claro de los presupuestos universitarios.
 

 

“Las universidades no se van a cerrar, no va a estar jamás en una agenda nuestra cerrar una universidad”, dijo el vocero presidencial Manuel Adorni.

 

Adorni agregó que la participación de dirigentes políticos en la movilización “transformó un reclamo genuino en una marcha política opositora”, y volvió a reclamar que se auditen los fondos universitarios: “Las universidades no son gratis, son no pagas para el que estudia; la pagan 
los argentinos”, indicó.

 

“Solo es sostenible una educación pública de calidad en el camino que estamos transitando, de equilibrio de las cuentas públicas y, por supuesto, de las auditorías que creamos convenientes en pos de entender un poco en qué son utilizados los fondos”, planteó Adorni con absoluta sensatez.