
Sin embargo, son reacios a ofrecer precios competitivos, en un contexto de ciudad muy poco atractivo y caro
No comprenden algunos comerciantes, del rubro de la alimentación, que no es solo mejorando el poder adquisitivo de las personas el facto clave para vender más. La competencia, con mejores productos y precios es la clave. De lo contrario estaríamos ingresando de nuevo en un círculo vicioso de inyectar plata para que haya consumo, pero también inflación. A propósito de ello, el número de junio volvió a ser muy bajo. Y eso es realmente ayudar a mejorar el poder adquisito de la gente.
Todo esto viene a cuento porque el presidente de la Cámara de Comercios Barriales de Río Tercero, el panadero Carlos Lucero se quejó una vez más de “la falta de plata” en el bolsillo de las personas.
"Los comerciantes la estamos peleando, innovando y buscando la forma de sostenernos día a día". También expresó que en los últimos meses "hubo caída importante en las ventas pero con caída de inflación, que nos permite sostenernos", agregando que necesitan "que mejore el poder adquisitivo de la gente, para que al comercio le vaya bien y pueda ser clave en el movimiento de la ciudad".
El razonamiento de Lucero se plantea bien al comienzo, con la innovación y el “buscarle la vuelta” al negocio, pero más abajo pide nuevamente el “plan platita” que nos ha llevado a esta catástrofe económica.
Lucero sabe muy bien que si el comercio hace un esfuerzo mejorando los precios con buenos productos, vende. Pero también hace falta competencia.
No es su rol, pero Río Tercero debe reclamar que la entidad Cooperativa que gobierna en cierto modo una faceta de la ciudad, mejore sus costos para así eficientizar las tarifas, que la Municipalidad baje sus impuestos -algunos muy caros-, y que se fomenten otras inversiones en grandes superficies que potencien el comercio y el consumo, no solo local sino de toda la región.
Lo venimos planteado en estas páginas de TIEMPO21, que es inentendible que la ciudad no cuente con otros supermercados grandes: cadenas foráneas que terminen con el monopolio de algunos, que se han convertido en millonarios a costa de precios caros y del bolsillo de los vecinos.
No es solo eso, sino que Río Tercero debe ser competitiva como ciudad y hoy no lo es. Sus costos en calidad de vida, tarifas e impuestos, son quizás los más elevados de la región y de esta parte de la provincia de Córdoba. La dirigencia lo sabe desde hace mucho tiempo. ¿Por qué no hace nada para cambiarlo? ¿Qué intereses persigue?